Virtudes morales del hombre

El hombre en su esencia transita por la vida actuando de una u otra forma, muchas veces, sin siquiera reconocer que cada acto que realiza trascenderá más allá de su presente, marcado por su pasado y formando su futuro. Al mencionar la frase “Somos lo que actuamos, y  actuamos lo que somos” vemos la recursividad con que cuenta el hombre, ya que toda acción que realizamos va trasformando nuestra vida. Por la misma razón s que se dice que somos libres para elegir lo que queremos para nuestro futuro, definir lo que nos es bueno o malo y asumirlo como propio de manera de hacerlo parte de nuestro proceso de crecimiento.

En el hombre existen capacidades univocas y otras que son multidireccionales que los ayudan a elegir entre lo que le conviene y lo que no; pero también existe un factor que influye de la misma manera en su actuar, que es que “el hombre actúa de acuerdo a los sistemas sociales a los que pertenece”, pudiendo facilitar sus decisiones apoyándose en su entorno social, o dirigir su elección a contradecir lo que este crea bueno.

Para evitar que se le presenten en reiteradas oportunidades situaciones contradictorias que pudiesen confundirlo es que éste se maneja, además de dentro de un parámetro establecido por su comunidad, bajo una seguidilla de conductas pre-establecidas, muchas veces constructivas, ya que se han realizado muchas veces con anterioridad, aumentando su capacidad de accionar y reaccionar, llamadas “hábitos”. 

Estos hábitos permiten al hombre decidir de mejor manera y conseguir por consiguiente, mejores resultados. Con frecuencia son adquiridos durante la niñez o adolescencia, ya que es durante esta etapa que el ser humano esta en proceso de “construcción de su identidad y personalidad”, absorbiendo lo que su entorno le entrega, siendo lo  que mas adelante lo definirá como hombre de bien.

Pero como hay hábitos que ayudan al desarrollo eficiente del hombre (virtudes)  y otros que perjudican su vida (vicios), es de suma importante que se absorban solo aquellos que  les sean de beneficio, ya que una vez que adquiridos, es difícil de eliminarlo, y mas aun cuando se trata de un vicio.  No obstante, aquellos hábitos que signifiquen virtudes ciertamente serán mucho más atrayentes que los vicios, ya que aumentaran las capacidades del hombre, y por sobre todo no significa perder la “libertad” que por mucho tiempo se ha reclamado en sus variadas formas, sino que nos ponemos en condiciones de actuar mejor.

El hombre virtuoso sabe que todo le puede ser licito, pero que no todo le convendrá, por lo que en su variedad de opciones disponibles ira eligiendo lo que le parezca mas adecuado, siempre basado en lo que se le enseño desde pequeño dentro de su comunidad y por lo que por si mismo aprendió.

Por ultimo, y como fin a todo lo planteado, lo que se trata de alcanzar,  es que la absorción y asignación de un hábito como parte de uno, nos lleve a elegir de la manera correcta  frente a cualquier ámbito de la vida, evitando que este hábito, por volverse tan reiterativo, pudiese provocar “ceguera” que no nos deje ver las oportunidades que podrían presentarse.